El ultimo aliento.
Ante mis verdugos, dijé en voz alta: "Soy y muero inocente; perdono de corazón a los autores de mi muerte y pido a Dios que mi sangre sirva para la paz de los mexicanos desunidos. Viendo mi ministro acosado por la aflicción, el me dijo: Padre, sólo un momento y estaremos en el Cielo." Fueron mis últimas palabras.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario