sábado, 28 de junio de 2014

El ultimo aliento.

Ante mis verdugos, dijé en voz alta: "Soy y muero inocente; perdono de corazón a los autores de mi muerte y pido a Dios que mi sangre sirva para la paz de los mexicanos desunidos. Viendo mi ministro acosado por la aflicción, el me dijo: Padre, sólo un momento y estaremos en el Cielo." Fueron mis últimas palabras.

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